Aunque pueda parecer útil compartir bocados de comida con la fauna silvestre, alimentar a los animales salvajes hace mucho más daño que bien y es ilegal para muchas especies. Cuando alimentas a los animales salvajes, empiezan a asociar a los seres humanos con la comida, lo que hace que los acosen para conseguir más. Estos animales pueden convertirse en mendigos y molestos, causando daños a la propiedad y a los seres humanos. Los animales pueden volverse agresivos cuando buscan comida, lo que puede provocar lesiones o la muerte de los humanos. También pueden empezar a perder su capacidad natural de búsqueda de comida, lo que les hace más susceptibles a los depredadores.
Una gaviota occidental se come una estrella de mar.
Foto: NOAA
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